Recientemente, navegando por internet he encontrado unos portales que ofrecen, dentro de lo que se conoce como economía colaborativa, la posibilidad de establecer puntos de recogida para sus compras por internet en las casas de sus vecinos. Anteriormente, otros portales ofrecían la posibilidad de entregar dichos paquetes a personas físicas que realicen una ruta que casualmente pase por la residencia del destinatario del paquete y no le importe desplazarse hasta su casa para entregar el paquete o sobre, a cambio de una remuneración.
No hay que tener miedo a los cambios sociales y de organización que se puedan producir en nuestra época. Incluso diría que hay que estar abierto a esos cambios. Ahora, cuando esos cambios siguen un modelo piramidal en donde una pequeña cúspide disfruta de un presupuesto, una organización y unas obligaciones y derechos frente a una base que pasa a ser cliente-colaborador-proveedor, en la que la tradicional relación laboral, trabajador-empleador desaparece y con ella, los derechos que esa relación conllevaba.
Se podría hablar de la siguiente estructura desde el punto de vista del cliente, compro a una empresa en internet un servicio que me permite depositar mis compras a distancia en un punto determinado.
Desde la empresa, le vendo a un cliente un servicio que me permite depositar sus compras a distancia en las instalaciones de otro de mis clientes. Este último cliente es el punto de recogida y como vemos la palabra proveedor ha desaparecido, ya que es la empresa la que le busca los clientes actuando como mediadora en el servicio que este presta.
Vamos a rizar el rizo, además el envío en vez de realizarlo por Ecomensajeros, lo voy a realizar con otro portal que me ofrece el servicio comentado en el encabezado y que como, ya supondrán consiste en el transporte de una mercancía. Para simplificar supongamos que esa empresa realiza el servicio completo, entrega y punto de recogida en caso de que esté ausente.
Desde el punto de vista del cliente, compro un producto que me llega a través de un colaborador de una empresa dedicada al transporte colaborativo y que en el caso de que no me encuentre va a depositar el envío en un punto de recogida colaborativo donde acudiré a recogerlo por un precio igual o inferior al de los servicios estandars.
Desde el punto de vista de la empresa, ofrece a su cliente un servicio integral de logística mediante unos colaboradores que a su vez son sus clientes y a los que cobra una pequeña comisión sobre el “colaborativo” precio acordado entre las partes, sin otra cláusula.
Algo que parece claro es que la palabra proveedor y trabajador desaparece a partir de la empresa que gestiona el portal limitandose esta a gestionar una pequeña parte de la cadena de valor y obteniendo una remuneración superior a los modelos tradicionales.
Si no ha entendido nada, no se preocupe. Yo tampoco. Aunque parece que muchas pensiones van a ser colaborativas en un futuro.
De momento seguimos cotizando.