Los nuevos modelos de negocio buscan un concepto diferente del de colaboración. Quieren ir más allá buscando el beneficio mutuo ejecutado de manera que reduzca costes permitiendo crear un valor sostenible tanto para el cliente como para la comunidad.
Los negocios tradicionales han orientado sus estrategias a la reducción de costes. Todo se ha estandarizado y todos los productos y servicios que ofrecen proveedores y acreedores son considerados como bien básico, estandarizados. Esta estrategia obviamente funciona en el corto plazo, no sin sacrificar calidad presente y futura para una mejora continua lo que nos lleva a la siguiente pregunta ¿Es sostenible esta estrategia en el largo plazo? No, la estrategia en costes a largo plazo genera problemas en el retorno de las inversiones, menos beneficios y menos caja. Y como única solución queda seguir reduciendo precios.
La economía colaborativa ha abierto las puertas al desarrollo del complemento del trabajo o a trabajos que siendo precarios suponen una posibilidad de tener unos ingresos mínimos que le permitan sobrevivir. Estos negocios llamados colaborativos, parten del dominio de la demanda en base a un sistema de información en tiempo real donde recogen la información del mercado, usos, hábitos, horarios, precios dispuestos a pagar etc. Como es bien sabido, la información es poder y aprovechando dicha información global, algunos son capaces de establecer una situación de dominio en mercados donde existan unas condiciones que les sean propicias, gran número de proveedores en el caso de desempleados o subempleados para el mundo del transporte y la optimización de los ingresos para la empresa digital y sus proveedores sin olvidar la optimizando de los costes de los usuarios en el caso inmobiliario. Dicho así, bastante loable en lo económico.
Por otro lado estos modelos han provocado un choque que afecta tanto a su entorno como a su estrategia a medio y largo plazo. Los procesos de gentrificación no sólo provocan un conflicto con los vecinos de los barrios donde se establecen los huéspedes , sino que a su vez ponen en peligro su principal ventaja competitiva que es residir en un barrio natural no un resort callejero. Lo mismo en el caso del transporte donde la organización sindical y principalmente la falta de demanda por las bajas condiciones laborales hagan del negocio colaborativo un negocio tradicional con mucha presencia digital. Como negocios colaborativos es probable que a largo plazo sean un complemento y no una alternativa al negocio tradicional.
Pero es en definitiva el cliente quien marcará las reglas del juego y por tanto las previsiones de las empresa y el negocio colectivo es el medio para llegar a poder conseguir ese objetivo ante una sociedad más informada y con unos valores sociales y ecológicos, que cada vez hay que tener más en cuenta.
Ante estas situaciones las grandes empresas reaccionan y ya empieza a sonar un nuevo modelo de negocio. El “business collective”
Ya no basta una RSC de postal, comienza la tendencia a la colaboración con empresas y negocios que les permita a las grandes empresas complementarse para crear sinergias que aporten valor con un modelo que integre el entorno donde se desarrolla la actividad. Iincorporando a estas empresas pueden satisfacer al cliente en todos los ámbitos , social, medioambiental, valor, uso.
Muy pocas empresas han empezado a desarrollar este modelo y las que lo han hecho están en un estado embrionario por lo que en las próximas décadas veremos cambios que esperamos aporten un valor a sus clientes, con unos valores y principios que permitan crear un valor real para la sociedad.